domingo, 9 de octubre de 2011

La fiesta barroca llega a su punto y final el día 12

Caían las primeras décadas del siglo XVIII y, con ellas, el otoño a la hegemonía española en el mundo y al exuberante estilo que la caracterizó: el barroco. Con el otoño, llega también el final de la Fiesta Barroca, la quinta edición de la exposición La Rioja Tierra Abierta que ha revolucionado Alfaro durante seis meses, ensalzando su patrimonio cultural y natural y descubriéndole el turismo como un sector más. La fiesta, que arrancó el 8 de abril con las magnas celebraciones por el cumpleaños del rey Felipe IV, quien otorgó el título de ciudad a Alfaro, llega a su conclusión el miércoles, 12, con la última jornada de visitas en la Colegiata de San Miguel y con el concierto de la Orquesta Sinfónica de La Rioja. Embriagados de un ambiente excepcional, todos los alfareños coinciden en que la exposición supone un antes y un después para la localidad. A falta de los datos finales, que la Consejería de Turismo presentará tras su cierre, más de 50.000 personas habían visitado la exposición hasta agosto. «Alfaro ha vivido el momento cultural y turístico más importante de su historia», afirma la alcaldesa Yolanda Preciado, satisfecha más por la impresión que regala el municipio que tan sólo por los números. Las miradas de esos miles de visitantes han invitado al alfareño a descubrir un patrimonio que, por cotidiano, no había valorado como debe. Y los vecinos han respondido desde todos los sectores con una implicación que no había vivido este evento. Asociaciones y colectivos de todos los ámbitos se han involucrado organizando citas paralelas como los Judas barrocos, torneos de ajedrez, el Nacional de Caza San Huberto, el concierto de rock con Leize, Tako y Hekate, el 'clinic' con el Inter Movistar Fútbol Sala. Y, también, comercios y bares han vestido de barroco sus escaparates y barras, han surgido negocios, etc. De esa implicación sobresale el grupo de voluntarios, que se han entregado a acompañar a cada grupo, organizar cada actividad. a vender su Alfaro. «Nos quitamos miedos y nos hemos abierto al público -sonríe Encarna Villar-. El tiempo restado a nuestras familias y casas se compensa al ver que la gente se va contenta». Y después, ¿qué vendrá? «La exposición ha supuesto un conocimiento más profundo de Alfaro, de su potencial, de su historia, de sus gentes. un compendio que ha sorprendido al visitante y al propio alfareño. Su conclusión es un reto para saber dar continuidad al atractivo turístico», compromete el concejal de Turismo Jesús Pérez Ligero. Con cierta tristeza, los alfareños se preparan para el cierre. Y en todos planea una pregunta: ¿y después, qué? Durante estos meses, la localidad ha creado y fortalecido una marca propia, el 'Alfaro Barroco'. «Una marca que tenemos que explotar como municipio», insta la alcaldesa. Y, aunque el 13 de octubre arrancarán unos meses de descanso, Ayuntamiento y Oficina de Turismo ya idean el futuro: retomar las rutas turísticas, arqueológicas y teatralizadas, celebrar el 8 de abril como una fiesta más, crear un punto de bicicletas para visitar los Sotos de forma limpia, ofertar a agencias diversos paquetes. Y, de acuerdo con la Diócesis, en la colegiata de San Miguel convivirán religión y cultura, de modo que quedarán paneles en las capillas, la película en 3D con la historia de Alfaro, el audiovisual sobre la construcción del templo, visitas al órgano y a la torre. La Fiesta Barroca ha sido sólo el inicio.