miércoles, 14 de julio de 2010

El Museo del Vino de Cangas abre el próximo viernes después de tres años de espera

El edificio será la estrella del congreso nacional sobre estos equipamientos que se celebrará en otoño

Cangas del Nancea

Pepe RODRÍGUEZ

El Museo del vino de Cangas del Narcea abrirá, definitivamente, después de tres años de retraso, el próximo viernes, día 9, en un acto que se tendrá lugar a las siete de la tarde.

El edificio, que se ideó para que fuese el emblema de la unión entre el vino y el turismo, dos de los sectores económicos emergentes del concejo, se convertirá en el referente de la tradición vitivinícola de la comarca.

El museo está situado en el barrio de Santiso, compuesto por antiguas bodegas y del cual parte el paseo del vino que discurre paralelo al río Naviego hasta llegar al pueblo de Limés, donde abundan las viñas. Por todo esto Santiso se convierte, si no lo era ya, en enclave esencial para comprender lo que significa el vino para los cangueses.

Han sido más de tres años de espera desde que el anterior alcalde, José Manuel Cuervo, anunciase la construcción de la instalación. La obra ha tenido un presupuesto de más de 300.000 euros y ha sido llevada a cabo por la empresa Expociencia.

La primera prueba de fuego del nuevo museo, aparte de la que supone recibir a los visitantes este mismo verano, será la celebración del Congreso Nacional de Museos del Vino, evento que se celebrará en Cangas del Narcea este próximo otoño y en el que el nuevo museo será la piedra angular de los actos.

Los cangueses podrán comprobar, tras la inauguración, si el objetivo de la empresa constructora se ha cumplido: lograr que coexistan el legado patrimonial, la dimensión divulgativa de las instalaciones, el espíritu dinamizador que preside la iniciativa y el vínculo de esta nueva construcción con su entorno inmediato. A este respecto, se han tenido muy en cuenta las características urbanas de la zona donde se ha radicado el museo para conseguir su integración arquitectónica.

El edificio, de nueva planta, presenta un diseño elíptico, con una enorme carga arquitectónica y un afán de respeto por el entorno. El acceso se realiza a través de la fachada principal del Museo, que da entrada a un primer ámbito de acogida en el cual el visitante recibe las primeras informaciones y obtiene una noción general, sin necesidad de recorrer todo el centro.

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