
El catedrático de la Universidad de Oviedo Alfonso García abrió con su charla el VIII Congreso de Museos del Vino de España
Referencias documentales constatan la producción vitivinícola en el siglo X
«La cultura del vino en el concejo de Cangas del Narcea no es nada nuevo ni pasajero, la avalan más de mil años de historia». Así lo puso de manifiesto el catedrático de Filología de la Universidad de Oviedo, Alfonso García Leal, que ayer inauguró las conferencias programas en el VIII Congreso de Museos del Vino de España, que durante tres días se celebrará en Cangas del Narcea.
Leal analizó la presencia de viñedos en el concejo entre los siglos XI y XVI, «aunque existen evidencias documentales de la producción de vino en Cangas con destino a la catedral de Oviedo en el siglo X». En su intervención destacó la labor de los abades del monasterio de San Juan Bautista de Corias, Juan Martínez y Pedro Peláez (siglo XII), como los verdaderos impulsores del desarrollo vitivinícola de la comarca de Cangas «ampliando los terrenos dedicados a viñedos e impulsando el sector vinícola hasta alcanzar una producción muy relevante que cambió las formas de vida y el paisaje de gran parte del concejo».
Si el papel de la viticultura es importante como elemento de desarrollo económico en el concejo, no lo es menos en su representación artística. Muchos retablos de las iglesias del concejo muestran sus columnas salomónicas decoradas con pámpanos (brotes de la vid), lo que ha llevado a la investigadora de CSIC, la canguesa Carmen Martínez Rodríguez, a buscar la relación entre las variedades esculpidas en los retablos barrocos con las que actualmente existen. «Es un trabajo que aún está por concluir pero que nos puede llevar a conclusiones importantes sobre las variedades de hace más de tres siglos y a las que existen en la actualidad».
Los retablos mayores de la iglesia del monasterio de Corias y del santuario de Nuestra Señora del Acebo son dos de los mejores ejemplos que se conservan de la simbiosis entre la vid y el culto sagrado.
Carmen Martínez, desde el Grupo de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia, lleva más de 24 años estudiando la viticultura y las variedades del Vino de Calidad de Cangas. Parte de este trabajo ha sido donado al Museo del Vino de Cangas para ampliar su fondo museístico con una colección fotográfica de las distintas variedades de la uva de la zona -desde las semillas, los brotes y racimos, todo ello acompañado de una ficha descriptiva-, además de dos herbarios. También donó varios dibujos de las hojas y racimos de las variedades autóctonas de albarín, carrasquín y verdejo.
La investigadora del CSIC, natural del pueblo cangués de Carballo, apuntó que este acto es doblemente gratificante: «Por transferir a la sociedad los resultados de la investigación y por el hecho de hacerlo en mi propia tierra», destacó Carmen Martínez Rodríguez.
Romanos, monjes y franceses
El congreso -que lleva por título 'Vino, paisaje y naturaleza' y al que asisten más de cincuenta personas de diferentes partes de España y responsables de museos del vino- fue inaugurado por el alcalde cangués, José Manuel Martínez. «Ha habido un elemento que ha permanecido siempre unido a estas tierras: el vino. De su consumo ya hablaba Estrabón cuando los romanos hoyaron estas tierras, de su producción se convirtieron en adalid los monjes benedictinos, con vino de Cangas se envenenó a las tropas francesas acuarteladas en nuestra villa, y con renovado esfuerzo se ha creado la IGP del Vino de Calidad de Cangas», relató.
Por su parte el director del Museo del Vino, Joaquín Fernández, hizo especial hincapié en el paisaje, y en la naturaleza de los viñedos cangueses, «pues ambos constituyen uno de los mayores activos y atractivos en lo que a turismo se refiere, aportando a nuestro vinos un rasgo singular, que junto con las cuatro variedades de vid autóctonas y perfectamente adaptadas a la comarca, nos permiten elaborar unos vinos de calidad que se podían definir como peculiares y sorprendentes por lo diferentes».
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